domingo, 15 de junio de 2008
¿Qué hacer si estas siendo violentada (o)?
Sus concecuencias físicas y psicológicas

Salud : La violencia contra la mujer y la niña, y demás miembros de la sociedad, aumenta su riesgo de mala salud. Un número cada vez mayor de estudios que exploran la violencia y la salud informan sistemáticamente sobre los efectos negativos. La verdadera medida de las consecuencias es difícil de evaluar, sin embargo, porque los registros médicos carecen generalmente de detalles vitales en cuanto a las causas violentas de las lesiones o la mala salud. Las consecuencias de la violencia contra la mujer pueden no ser mortales y adoptar la forma de lesiones físicas, desde cortes menores y equimosis (golpes, moretones) a discapacidad crónica o problemas de salud mental. También pueden ser mortales; ya sea por homicidio intencional, por muerte como resultado de lesiones permanentes o SIDA, o debido a suicidio, usado como último recurso para escapar a la violencia. En esta carpeta de información, Consecuencias para la salud de la violencia contra la mujer y la niña, se explora el tema en más profundidad La violencia trae dos tipos de consecuencias: Físicas y Psicológicas.
Homicidios : Numerosos estudios informan que la mayoría de las mujeres que mueren de homicidio son asesinadas por su compañero actual o anterior.
En las culturas en que se practica la costumbre de la dote (bienes que aporta la mujer al matrimonio o que dan a los esposos sus padres o terceras personas, en vista de su matrimonio), esta puede ser mortal para la mujer cuyos padres no pueden satisfacer las demandas de regalos o dinero. La violencia que comienza con amenazas puede terminar en "suicidio" forzado, muerte por lesiones u homicidio.
Lesiones graves :Las lesiones sufridas por las mujeres debido al maltrato físico y sexual pueden ser sumamente graves. Muchos incidentes de agresión dan lugar a lesiones que pueden variar desde equimosis (golpes y moretones) a fracturas hasta discapacidades crónicas. Un alto porcentaje de las lesiones requiere tratamiento médico.
Embarazo no deseado y a temprana edad:La violencia contra la mujer puede producir un embarazo no deseado, ya sea por violación o al afectar la capacidad de la mujer de negociar el uso de métodos anticonceptivos. Por ejemplo, algunas mujeres pueden tener miedo de plantear el uso de métodos anticonceptivos con sus parejas por temor de ser golpeadas o abandonadas.
Los adolescentes que son maltratados o que han sido maltratados como niños, tienen menos probabilidad de desarrollar un sentido de autoestima y pertenencia que los que no han experimentado maltrato.
Tienen mayor probabilidad de descuidarse e incurrir en comportamientos arriesgados como tener relaciones sexuales en forma temprana o sin protección. Un número creciente de estudios indica que las niñas que son maltratadas sexualmente durante la niñez tienen un riesgo mucho mayor de embarazo no deseado durante la adolescencia.
Este riesgo mayor de embarazo no deseado acarrea muchos problemas adicionales. Por ejemplo, está bien documentado que la maternidad durante la adolescencia temprana o media, antes de que las niñas estén maduras biológica y psicológicamente, está asociada con resultados de salud adversos tanto para la madre como para el niño. Los lactantes pueden ser prematuros, de bajo peso al nacer o pequeños para su edad gestacional.
Cuando se produce un embarazo no deseado, muchas mujeres tratan de resolver su dilema por medio del aborto. En los países en que el aborto es ilegal, costoso o difícil de obtener, las mujeres pueden recurrir a abortos ilegales, a veces con consecuencias mortales.
Vulnerabilidad a las enfermedades:Si se comparan con las mujeres no maltratadas, las mujeres que han sufrido cualquier tipo de violencia tienen mayor probabilidad de experimentar una serie de problemas de salud graves.
Se ha sugerido que la mayor vulnerabilidad de las mujeres maltratadas se puede deber en parte a la inmunidad reducida debido al estrés que provoca el maltrato. Por otra parte, también se ha responsabilizado al auto descuido y a una mayor proclividad a tomar riesgos. Se ha determinado, por ejemplo, que las mujeres maltratadas tienen mayor probabilidad de fumar que aquellas sin antecedentes de violencia.
Suicidio:En el caso de las mujeres golpeadas o agredidas sexualmente, el agotamiento emocional y físico puede conducir al suicidio. Estas muertes son un testimonio dramático de la escasez de opciones de que dispone la mujer para escapar de las relaciones violentas
Problemas de salud mental:Las investigaciones indican que las mujeres maltratadas experimentan enorme sufrimiento psicológico debido a la violencia. Muchas están gravemente deprimidas o ansiosas, mientras otras muestran síntomas del trastorno de estrés postraumático. Es posible que estén fatigadas en forma crónica, pero no pueden conciliar el sueño; pueden tener pesadillas o trastornos de los hábitos alimentarios; recurrir al alcohol y las drogas para disfrazar su dolor; o aislarse y retraerse, sin darse cuenta, parece, que se están metiendo en otro problemas, aunque menos graves, pero dañino igualmente.
La violación y el maltrato sexual del niño puede causar daños psicológicos similares. Un episodio de agresión sexual puede ser suficiente para crear efectos negativos duraderos, especialmente si la niña víctima no recibe posteriormente apoyo adecuado. Al igual que la violencia contra la mujer en el seno familiar, el maltrato del menor suele durar muchos años y sus efectos debilitantes pueden hacerse sentir en la vida adulta. Por ejemplo, la pérdida de autoestima de la mujer que ha sido maltratada en la niñez puede traducirse en un mínimo de esfuerzo para evitar situaciones en que su salud o seguridad estén en peligro.
Ser víctima de violación o abuso sexual es una experiencia muy traumática y sus consecuencias pueden prolongarse por mucho tiempo. Víctimas (mujeres, niñas y niños) que han sufrido ataques sexuales describen los siguientes sentimientos:
Temor
Culpa
Desvalorización
Odio
Vergüenza
Depresión
Asco
Desconfianza
Aislamiento
Marginalidad
Ansiedad
Ser diferente (se sienten diferentes a los demás)
"Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor...aunque la violencia, se practica a plena luz del día"
La violencia contra las mujeres está vinculada al desequilibrio en las relaciones de poder entre los sexos en los ámbitos social, económico, religioso y político, pese a todos los esfuerzos de las legislaciones en favor de la igualdad. Constituye un atentado contra el derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad, a la dignidad y a la integridad física y psíquica de la víctima y todo ello supone, por lo tanto, un obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática.La violencia que padecen las mujeres comprende cuatro modalidades, que van desde la agresión física -con resultado de muerte en multitud de ocasiones-, la violencia sexual, la psicológica y la económica.
Los datos estadísticos revelan que entre un 35% y un 40% de mujeres que viven emparejadas sufren malos tratos físicos o psíquicos por parte del hombre, lo que permite afirmar que miles de mujeres están bajo amenaza de muerte.
Hombres y mujeres somos diferentes, no hay modo en que podamos ser iguales, nuestras características físicas y psicológicas difieren; pero los seres humanos, en general, nos distinguimos por eso, por la diversidad, una mujer no es igual a otra aunque se parezca y un hombre tampoco.
Aunque reconozcamos esto, es necesario reconocer que gozamos de los mismos derechos y obligaciones.
Soluciones que planteamos :
De carácter permanente
- Realización de campañas de sensibilización, dirigidas a romper los estereotipos sexistas, que propician la violencia de género.
- Propulsar a los poderes públicos para que determinen espacios en todos los medios de comunicación, que permitan la denuncia pública y la condena de actitudes y comportamientos violentos masculinos hacia la mujer y sus hijos e hijas.
De carácter urgente
- Articular la figura del extrañamiento para el agresor, en todos los casos donde esté presente la violencia.
- Transmitir a la Judicatura el mensaje correspondiente sobre las consecuencias de la violencia de género para que se tramite, siempre que se demande, las medidas previas.
- Llevar a cabo las reformas pertinentes en el Código penal, con el fin de que las penas guarden relación con la entidad y gravedad de los delitos de agresión a las mujeres.
- Que se introduzca en la formación de jueces, policías, abogados y agentes sociales, la materia de la violencia que las mujeres soportan en el ámbito familiar, social y laboral.
- Que se arbitren los recursos necesarios con dotación institucional, para la creación de casas de acogida de urgencia y centros de recuperación integral para mujeres maltratadas, gestionados por organizaciones de mujeres expertas en violencia.
- Que se prioricen programas específicos de atención jurídica y psicológica para las mujeres, niños y niñas víctimas de la violencia.
- Creación de una fiscalía específica concerniente a la violencia de que son objeto las mujeres y los menores en el ámbito familiar o doméstico.
La violencia de género también duele.
Debemos saber que ...

- Las emociones
Se considera maltrato emocional la falta de amor y atención, la indiferencia, los celos extremos y la desconfianza, el excesivo control, la descalificación de ideas, creencias o puntos de vista, la desvalorización y la ridiculización en privado y en público, prohibir la convivencia con otras personas, fomentar sentimientos de culpa, recriminar, etcétera.
- El plano sexual
La violencia sexual surge cuando se fuerza a la mujer a tener relaciones sexuales mediante chantaje, amenazas, comparación con relaciones anteriores, sospecha de infidelidad o maltrato físico, sin considerar el estado anímico, emocional o el deseo de la pareja. “Es una obligación”. La sexualidad está desvinculada del amor y el respeto.
- La comunicación
Se consideran agresiones los insultos, gritos, amenazas y discusiones sin sentido donde se humilla a la mujer, así como la indiferencia al diálogo, el silencio, ridiculizar ideas, creencias, intereses y opiniones, o comunicarse a través de órdenes y reproches.
- Maltrato físico
Por lo general, el maltrato físico va acompañado de otras formas de agresión, verbales o psicológicas, como las mencionadas anteriormente. Los golpes con el puño, jalar el cabello, empujar, dar bofetadas o pellizcos, patadas, quemaduras, lanzar objetos o inmovilizar a la mujer, son acciones que se inscriben en este rubro.
Otros ejemplos de violencia contra la mujer en espacios cotidianos son:
• En la calle: por ejemplo, en las grandes ciudades de nuestro país es cada vez más difícil encontrar a mujeres con falda corta caminando porque al hacerlo se vuelve “el blanco” de piropos que las más de las veces resultan ofensivos o, al abordar un transporte público, es fácil que so pretexto del hacinamiento, algunos hombres aprovechen para tocar el cuerpo de forma discreta o completamente abierta.
- Maneja
ndo : en las aglomeraciones de tráfico, si un conductor hace algo mal es común escuchar “ha de ser vieja” o “sí, ya ves, es vieja”, lo que denota que las mujeres no son capaces de conducir un auto de forma adecuada.
Violencia y maltrato hacia la mujer

Mientras existen problemas sociales que identificamos a simple vista como las desigualdades económicas, hay otros como la violencia y discriminación de género que, por su continuidad y permanencia, nos resulta difícil reconocer.
Al pensar en el término “violencia de género” es muy probable que vengan a nuestra mente imágenes de mujeres con el rostro o el cuerpo lastimado, pero existen diferentes formas, más sutiles pero igualmente agresivas de dañar al otro género, al que se considera inferior; en este caso el femenino.
Culturalmente, nos hemos acostumbrado a que hombres y mujeres desempeñemos determinados roles a partir de los cuales nos relacionamos. Así consideramos que cierto tipo de agresiones son, por llamarlas de algún modo, “naturales” porque son aceptadas socialmente, como parte del ser hombre y el ser mujer.
Creemos que los modelos femenino y masculino han sido siempre del mismo modo y que lo lógico es reproducirlos. Esto es erróneo,
no es lo mismo ser mujer en Oriente que en Occidente, en la ciudad que en provincia, en el siglo II que en el XVII o el XXI. En cada lugar y en cada momento, las relaciones entre géneros se han configurado de forma distinta. En países como México, por ejemplo, las mujeres ocupan cada vez más espacios en diferentes ámbitos de la vida; es decir, más allá del hogar y el cuidado de la familia.
Pero falta mucho por hacer; si reflexionamos en torno a las relaciones de género descubriremos que nuestras sociedades reconocen más valor, fuerza, vitalidad y contundencia a los hombres que a las mujeres; sobre todo en lo que se relaciona con espacios de poder. De hecho, muchas mujeres aceptan y reproducen esta idea con niñas y niños por igual. Aceptar esta idea es creer que la naturaleza nos otorgó capacidades específicas a unos y otros para desempeñar sólo determinados papeles. En el caso de la mujer: ser madre y cuidar un hogar, en el del hombre ser líder y proveedor, entre otros.
La situación comenzó a cambiar hace muy poco, en el siglo XX, cuando a partir de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, las mujeres —en ausencia de los hombres— tuvieron que incorporarse activamente a la vida productiva. Fue entonces cuando comenzaron a surgir los primeros grupos feministas en forma; mujeres que reconocieron sus capacidades y comenzaron a luchar para eliminar la violencia y la discriminación con el propósito de establecer relaciones equitativas de género, basadas en el respeto, el reconocimiento y la libertad del otro.
A partir de entonces, los usos y costumbres se han ido transformando poco a poco; es lógico porque los cambios sociales y culturales son parte de un proceso, en el que cada individuo puede incidir con conciencia, responsabilidad y acción personal. En este sentido, el primer paso es mirar con atención el entorno para identificar el amplio espectro de formas en que se ejerce la violencia o discriminación contra la mujer.
Violencia contra animales

Cada año, millones de animales son mutilados, intoxicados, electrocutados y quemados en experimentos. Se suele argumentar que estos sacrificios son en nombre de la ciencia, pero la verdad es que la mayoría se producen en la industria bélica, cosmética y en colegios y universidades. Aun en los laboratorios farmacéuticos, los experimentos con animales producen más daños que beneficios. Existen medicamentos que salieron a la venta después de haber sido probados en animales y que han causado enfermedades y malformaciones en los seres humanos. Somos muy diferentes, sólo idénticos en una cosa: la capacidad de sufrir.
Millones de conejos, coballos, ratones y pequeños mamíferos son utilizados para probar los artículos del hogar y los productos cosméticos. Procter & Gamble, Colgate-Palmolive y Unilever están entre las empresas más crueles que experimentan en animales. En Chile, el bioterio de primates de la Universidad Católica mantiene en encierro a más de cien monos utilizados para la experimentación, a los que someten a circunstancias de extremo sufrimiento, como dolor físico, estrés, aislamiento y hacinamiento. Existen alternativas científicas válidas, respaldadas por el avance tecnológico y que no utilizan animales, por lo que son más seguras, precisas, baratas, éticas y sin ningún efecto colateral. Por eso, en la Semana Internacional Contra la Experimentación en Animales, es fundamental el apoyo de la ciudadanía.
Tipos de violencia
- Violencia directa: Llamamos violencia directa a la violencia física, aquella que tiene por objetivo destruir, neutralizar (herir o matar). Está referido a agresiones físicas (y otras formas). Se puede generar por muchos factores (múltiples formas de discriminación, intolerancia, competencia, territorialidad, nacionalismos, adicciones, etc.).
- Violencia estructural: Consiste en agredir a una agrupación colectiva desde la misma estructura política o económica. Así, se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema causa hambre, miseria, enfermedad o incluso la muerte a la población. Serían ejemplos aquellos sistemas cuyos estados o países que no aportan las necesidades básicas a su población. Si nos remitimos a la definición de violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural a personas o cosas para vencer su resistencia, hablaremos de un abuso de autoridad en el que alguien cree tener poder por sobre otro. Generalmente se da en las relaciones asimétricas, el hombre sobre la mujer o el padre sobre el hijo, para ejercer el control. Si bien la más visible es la violencia física, manifestada a través de golpes, que suelen dejan marcas en el cuerpo (hematomas y traumatismos)
- Violencia emocional: Puede ser más hostil que la primera. Es plasmada a través de desvalorizaciones, amenazas y críticas que funcionan como mandato cultural en algunas familias o grupos sociales y políticos.
- Violencia cultural: Se refiere a los aspectos de la cultura que aportan una legitimidad a la utilización de los instrumentos de la violencia que hemos nombrado anteriormente. Así, por ejemplo, se puede aceptar la violencia en defensa de la fe o en defensa de la religión. Dos casos de violencia cultural pueden ser el de una religión que justifique la realización de guerras santas o de atentados terroristas, así como la legitimidad otorgada al Estado para ejercer la violencia.
- Violencia juvenil: Se refiere a los actos físicamente destructivos (vandalismo) que realizan los jóvenes y que afectan a otros jóvenes (precisemos, aquí, que los rangos de edad para definir la juventud son diferentes en cada país y legislación). En todos los países, los principales actores de este tipo de violencia son los hombres, y la educación social es tal que el joven violento lo es desde la infancia o temprana adolescencia. Sin embargo, la interacción con los padres y la formación de grupos, parches, galladas o pandillas aumenta el riesgo de que los adolescentes se involucren en actividades delictivas, violentas y no violentas (acción directa).
- Violencia Sexual: forzar físicamente o psicológicamente a tener relaciones sexuales o forzar a realizar actos sexuales humillantes o degradantes, etc.
- Violencia Económica: negar o condicionar el dinero necesario para la mantención propia y/o de las hijas o hijos.